María Alejandra Oliva curó su mente y su cuerpo practicando Tai Chi y el Kung Fu; hoy es un ejemplo que viaja y compite por el mundo
"María Alejandra Oliva llegó a la adolescencia con una escoliosis en estado avanzado: "Cuando mis padres consultaron con los médicos, ellos les dijeron que si no me operaba, llegaría a los 30 en muy malas condiciones físicas. Pero yo nunca lo acepté, nunca tuve miedo", relata convencida. Hoy, a sus 45 años, Oliva representa a nuestro país en las disciplinas Tai Chi y el Kung Fu, en China y en el mundo. Y nunca pasó por un quirófano.
La historia de Oliva comienza cuando a sus 25 años decide irse de Mendoza, su provincia natal, para acompañar a su esposo a Buenos Aires, donde debía instalarse por cuestiones laborales. "En la primera época me desestabilicé emocionalmente. Me sentía muy sola, además de que era una persona muy conectada con la naturaleza, y me ponía muy triste vivir dentro de un departamento en la ciudad", recuerda. Pero su madre, reflexóloga, se le ocurrió contactarla con Lin Ching Sung, un maestro de artes marciales y presidente de la Federación Argentina de Tai Chi Chuan, que la ayudaría a canalizar sus energías en esta disciplina."
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Compartió: Viviana Rodriguez Cortejarena - www.vivianarodriguez.com